Los Simpsons: desinformados y al borde de la censura

La conocida serie de dibujos animados está por sacar al aire un capitulo que ha creado conflictos en el parlamento argentino.

En el capitulo Homero está con sus amigos en el bar de Moe discutiendo sobre la democracia y al dueño del bar se le ocurre abolirla. En ese momento Carl Carlson comenta “realmente me gustaría una dictadura militar como la de Juan Perón. Cuando él te desaparecía, tú te mantenías desaparecido”, a lo que Jenny le responde “además su esposa era Madonna”.
Este comentario mezcla obviamente a los gobiernos de Juan Domingo Perón (que también fueron autoritarios) con la última dictadura de 1976 en la cual hubo mas de 30.000 personas desaparecidas.
Por esta situación el legislador del Partido Justicialista Lorenzo Pepe pidió al COMFER que evite la difusión de ese capitulo en el país. ‘‘Fueron muchos años sufriendo el exilio. Le pido públicamente al COMFER que arbitre las medidas para evitar que se siga envenenando a esta sociedad” comentó Pepe en estos días.
Esta situación tiene dos posiciones que hay que tener en cuenta; no podemos permitir que desde países centrales venga información (en forma de sátira o como sea) incorrecta sobre nuestra historia, mas ese tipo de información (sobre las desapariciones) que toca la sensibilidad de nuestra sociedad. Hay que tener más cuidado con lo que se dice, aunque sea un guión. Lo de llamar a Perón un dictador es sumamente discutible, puede ser un calificativo o una reflexión, así que no me voy a meter en ello. Y por otro lado está la libertad de expresión que no puede ser coartada porque dicen algo que no nos gusta (mientras sea verdad) sobre un personaje histórico. Habrá mucho que discutir y reflexionar con estos dos temas y todavía no se sabe si el capitulo será emitido, sin embargo ya ha sido visto por miles de personas en YOUTUBE antes de que FOX lo levante. Por ahora hay otro video del capitulo con el audio cambiado donde solo se observan los subtítulos.

Ole, ole ole ole, OH! SI, OZZY: Resumen de la primera fecha del Quilmes rock

Llego el príncipe de las tinieblas a Buenos Aires.

Se fue la primera fecha del Quilmes Rock y, sin haber visto las otras, me animo a decir que fue la mejor ya a esta altura.

Todo empezó con Carajo pasadas las 5 de la tarde, banda que aprecio pero que no llegue a ver por la cola de más de 1:30 hs que tenía afuera. Las buenas lenguas dicen que fueron muy profesionales ya que siguieron tocando pese a la mala calidad de sonido. Llegue para ver Black Label Society, banda que también es la acompañante de Ozzy con músicos excelentes y un Zak Wylde inexpresivo por momentos y muy violento por otros, escupiendo al cielo, golpeándose el pecho como un Vikingo y agitando su rubia cabellera con ganas. Muy bueno debo decir, buenas melodías heavy.
Después fue el turno de Rata Blanca, que aunque es una banda que adoro, ésta vez tengo algunos reproches. Los temas no fueron de los mas conocidos, igualmente intentaron tocar su repertorio mas “pesado” con canciones como Callejero, Amo del Camino, etc. mas algunos clásicos como Guerrero del Arco Iris y el infaltable Solo para Amarte (a mi entender una de las mejores canciones del heavy nacional, aunque me lo critiquen). Faltó La Leyenda del Hada y el Mago que tendría que haber estado y Mujer Amante cuya falta no me molestó. Ah! Me olvidaba, un solo I-N-T-E-R-M-I-N-A-B-L-E de Giardino con mezclas de Heandrix y una versión de Confortably Numb.
Acá en el medio llego la “sorpresa” de la fecha: Carca tocando clasicos del rock nacional, lo cual tuvo que ser interrumpido por la intolerancia de la gente (la mia tambien) que comenzó a tirar cosas y escupir al musico. Muy malo y muy inadecuado para la fecha en cuestión.
Korn llegó agitando la cabeza desde el primer hasta el último momento, pura adrenalina. Todos los temas tenían una introducción electrónica (demasiado DJ) y por momentos parecía no haber melodía en la música. Igualmente la voz “histérica” de Jonathan Davis (histérica por lo entrecortada, los cambios de tono, etc.), su presencia escénica y la potencia de todos sus músicos me hicieron agitar en algunos momentos como la canción “Coming Undone”.
Por último apareció un Ozzy emocionado, cantando cada 5 segundos “oe, oe oe oe…” (versión anglo del ole, ole ole ole), diciendo “I love you all” y poniendo lo mejor de si. Con un video chistoso como apertura en donde se lo ve “paseando” por diferentes series de televisión (desde Los Soprano a Dancing with the Stars, el original Bailando por un Sueño) el publico comenzó a emocionarse, hasta que aparecieron “las plateadas cruces de black sabbath” (como dice Iorio en "a vos amigo") con el fondo musical de “Fortuna Imperatrix Mundi” de Orff (tema clasico muy conocido). Algo muy mítico, ideal para la escena.
Está viejo, se le nota, no corre como Mick Jager todo el escenario ni baila ni nada. Agitó la cabeza, hizo palmas y (lo mejor) se rió con esa risa particularmente maligna que tiene. También estuvo el infaltable baldazo al público. Los temas no fueron todos los esperados por el publico, no tocaron “Perry Mason” (que curiosamente es el tema de la publicidad del Quilmes) ni “No more tears” pero estuvieron los clásicos de Ozzy como "Crazy Train" y de Sabath “Iron Man”,”War Pigs” y el infaltable “Paranoid” para cerrar el recital a puro metal.

Agro rebelde

Las retenciones impuestas por el gobierno al sector agropecuario ocasionaron un paro de trabajadores rurales que duró casi un mes. Luego del desabastecimiento, el dialogo.

El problema comenzó cuando la presidente Cristina Fernández anunció que se realizarían retenciones del 44% al sector agropecuario, decisión que causo el descontento de este sector que alzó su voz y comenzó la protesta con el corte de rutas, el día 13 de marzo.
En la ciudad varias personas se proclamaron a favor del campo retomando la receta del 2001: el cacerolazo, los días 25 y 26 de marzo en Plaza de Mayo. Este apoyo al campo se funda en el desabastecimiento que privó a los paladares porteños de la carne, algunas verduras, harina y demás productos que hoy no se consiguen con tanta facilidad o cuyo precio ha aumentado considerablemente.
Pero allí también el día 25 de marzo se reunieron los defensores del gobierno encabezados por el piquetero Luis D’Elia que intentaron confrontar a la muchedumbre con golpes y violencia verbal.
Por su parte la presidente intentó clavar su posición con un discurso intimidatorio hacia el sector, pero finalmente accedió a realizar “excepciones” con los pequeños y medianos productores agropecuarios, con lo cual se calmó la situación y finalizó el paro el día 3 de abril. Ahora ya se ha restablecido el tráfico en las rutas argentinas y se prometió solucionar el problema del desabastecimiento en 72 hs. Por último, el martes 1º de abril se realizó en el centro un acto en apoyo al gobierno con música, un breve discurso de la presidente, varios camiones con manifestantes provenientes del interior y… gente comiendo choripan (¿y el desabastecimiento no llega a los oficialistas?).
De aquí dos reflexiones. Primero, se vivió una gran confusión en las calles dando la sensación de que la gente que participo del cacerolazo no tiene en claro el problema de las retenciones y lo que representan, sino que protestan por verse privados de alimentos, por que no hay carne, solo por eso y no por las consignas políticas y las cuestiones de poder (de ambos sectores) detrás de ese hecho. Por otro lado, las retenciones se supone es dinero que se le saca al campo para ser manejado por el estado, ergo, la distribución de ese dinero sería para toda la sociedad (en servicios o en lo que fuera) y no solo para productores independientes.
Segundo, estamos en un gobierno democrático y nuestra presidente se negó en un primer momento al diálogo con un sector influyente que esta ocasionando un caos en todo el país, no parece muy lógico. Menos por supuesto la participación violenta del Sr D’ Elia y la necesidad de realizar un acto público (realizado con fondos de nuestros impuestos) para ratificar un lugar de poder.
Cuestiones para pensar este gobierno y para pensarnos a nosotros mismos, el porque de la inicial falta de diálogo y el porque de agarrar (o no) una cacerola.